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En un soleado día en Inglaterra, un zorro curioso se aventuró por las pintorescas calles de un encantador pueblo. Su paseo lo llevó hasta un pub local, donde decidió detenerse por un momento y tomar un descanso. Sin embargo, algo llamó su atención mientras exploraba los alrededores del lugar. El astuto zorro se acercó a un área de césped cercana al pub y decidió hacer su mandado en la hierba. Con una elegancia natural, encontró un lugar apartado y comenzó a hacer sus necesidades, sin preocuparse por la curiosidad de los transeúntes que observaban la escena.
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